I, 17; Ireneo, Demostr. El docude la fiesta de pascua y de las res- mento se remonta, no obstante, al tantes celebraciones del calenda- año 336, y contiene la Depositio rio dio lugar al llamado cómputo Martyrum romana y la Depositio eclesiástico o conjunto de cálculos Episcoporum romana, catálogo de para determinar la corresponden- los mártires y papas venerados en cia entre los ciclos lunar (del que Roma a mediados del s. iv. e) Después de cuanto hasta ahora llevamos dicho y hemos mostrado, se comprende por qué la interpretación litúrgica de la palabra de Dios está dotada de ciertas notas que es conveniente recordar. Acuerdos ecuménicos Acuerdo anglicano-católico sobre la eucaristía, en "Phase" 70 (1972) 309-315 (introducción de A. Matabosch, ib. La exigencia de realismo se convierte así en una necesidad de verdad y de concreción, nunca en una materialización o cosificación de la experiencia religiosa. Para la danza en otros contextos culturales y religiosos, cf Les danses sacrées. Parece seguro que el rito del exorcismo se realizaba en el caso de los niños, junto con la degustación de la sal y la unción. La ceniza. A pesar de la intencionalidad restauradora, la intervención deja entrever la conciencia de un cambio ya definitivo en el mundo de la práctica y de la percepción musical. Y responden a las exigencias de sobriedad y de adaptabilidad de las normas litúrgicas, particularmente sentida hoy y aceptable siempre que no tengan que sufrir la expresividad, el decoro, el valor simbólico de las celebraciones, y se eliminen los riesgos de la desacralización, de la arbitrariedad y del individualismo M. Son sobre todo las rúbricas de los nuevos libros litúrgicos las que presentan la nota de simplicidad y flexibilidad. II en adelante y bajo su impulso, se ha dado al derecho canónico considerado en su globalidad. También la naturaleza Elementos naturales participa en dicha culminación: el Apocalipsis habla de "cielos nuevos y tierra nueva" (21,1-4). Son muchos los que piensan que en tales iniciativas parciales, frecuentemente inmaduras aún y con sus ambigüedades, se hallan los pródromos de una profunda renovación eclesial. La religione antica, Astrolabio, Roma 19512, 43-63: c. II de la obra aparecida en ed. En una relación del santoral propio de las diócesis, publicado en 1980 ("Pastoral Litúrgica" 111) y no completo, figuran las siguientes celebraciones particulares: tres del Señor, cincuenta y dos de la Santísima Virgen, ciento ochenta y tres de santos y cincuenta de beatos. La rela- litúrgico. Entre la primera venida de Cristo y su definitivo retorno se está desarrollando la vida de la iglesia, que, como los apóstoles, está llamada en el tiempo a anunciar "que el Hijo de Dios, con su muerte y resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte..."; pero también a realizar "mediante el sacrificio y los sacramentos" la obra de salvación anunciada (SC 6). La adapta- ción comprende los sacramentos y ción litúrgica es, pues, la admisión, sacramentales, las procesiones, la en el ámbito litúrgico, de elementos lengua litúrgica, la música sagrada tomados de las culturas y tradicio- y el arte litúrgico (SC 39). Comprende sobre todo la petición de que el Señor defienda el don grande pero frágil concedido a sus hijas; y, finalmente, la súplica al Padre para que, "por el don de tu Espíritu" (RCV 24), conceda a las vírgenes consagradas numerosas gracias como su verdadera dote y su mejor adorno nupcial. SC 40 describe en tres párrafos el procedimiento para tal tipo de adaptación. Tal situación exige que se vuelva a comenzar una seria formación de base, en la que la dimensión litúrgica tiene que ser una de las líneas de apoyo, pero, obviamente, en conexión con un contexto más amplio. Tertuliano dice que el agua es sede del Espíritu divino; a ella se le mandó que produjese todos los vivientes; en la creación misma del hombre Dios hizo uso del agua (aunque quien le proporcionó la sustancia fue la tierra) a fin de llevar su obra a la culminación, para que nosotros no nos extrañásemos cuando un día ella produjese la vida en el bautismo. En la iglesia del NT el bautismo representa el momento fundamental y totalizante del renacimiento cristiano. F. Rainoldi IV. — " R. Vargas Ugarte, Concilios Limenses (1551-1772), t. I, Lima 318 Catecumenado 1951: aquí I, 9, const. Para remediarlo hubo de añadir Alcuino textos suplementarios tomados de la liturgia galicana, como la bendición del cirio pascual, oraciones para las ordenaciones, bendiciones, dedicaciones de iglesias y exorcismos. Problemática pastoral: 1. Esa visión, pese a su sobriedad, implica un profundo repensamiento del hecho eclesial para poder encontrar reflejo en una adecuada visión de iglesia. AÑO LITÚRGICO Y CALENDA- RIO AMBROSIANOS. of La Serena.) Viene englobada dentro de la visión de la majestad incluso temporal de la iglesia, en la perspectiva apologética de la victoria de la ortodoxia católica; y se concilia con el proyecto pastoral de un saludable atractivo y de un santo entretenimiento: es suscitadora de piadosos afectos de signo opuesto a los creados por la lascivia del siglo, aun con los mismos módulos musicales. En la liturgia los simbolismos luz-llama e iluminar-arder se encuentran casi siempre juntos. Un grupo humano cultural mente definido, cuanto más en contacto se pone con las auténticas raices de su identidad (que brota de determinadas razones históricas, etnológicas, geográficas, políticas, económicas, religiosas, etc.) Las catequesis mistagógicas de Cirilo de Jerusalén y de Ambrosio de Milán se hacen eco de la solemnidad y grandiosidad del rito de iniciación que se celebraba durante la vigilia pascual. Esto es particularmente evidente en nuestro tiempo y en la actual civilización, marcados como están por los ritmos frenéticos impuestos por la producción y el consumismo, así como por la usura del automatismo. Véase EDIL I — 2i Cf los trabajos de M. Righetti y de J.A. Será el canto hispánico, llamado también visigótico o, menos afortunadamente, mozárabe [/ Canto mozárabe, en Hispana, Liturgia]. Aun mante- tiempo litúrgico en el que (a difeniendo su unidad, como lo prue- rencia de los restantes, en los que ban los textos litúrgicos y sobre por desgracia está ausente) se pone lodo la casi diaria lectura del felizmente de relieve la relación y profeta Isaías, este tiempo está cooperación de María en el misteprácticamente integrado por dos rio de la redención. Nuevo Diccionario de ... Había, pues, … El símbolo tiene esta función de nexo, y nos muestra y comunica la realidad salvífica en su plenitud; en nuestro caso es una representación de la historia y de la situación del hombre en el marco global de la construcción del reino. ap. 2 del anterior código se hablaba de ritos y de ceremonias — 4 Cf H.J. El problema de la liturgia y las devociones nunca ha podido ser resuelto desde planteamientos de antagonismo o de oposición entre ambas formas legítimas de piedad, sino desde el encuentro de una y otra forma cultual en la verdadera y única devotio cristiana. RITO DE LA CONFIRMACIÓN SIN LA MISA. Pero la dificultad existe también fuera de las misiones, sobre todo allí donde está en evolución la cultura y donde el pensamiento teológico es más fluido. El interés bastante vivo en la sociedad por las prácticas musicales (fiestas, banquetes, cultos, ritos fúnebres...) lleva a los padres a una confrontación, a una profundización especulativa y espiritual, a una vigilancia unas veces promocional y otras polémica. 11 contributo del nuovo "Ordo Unctionis Infirmorum" ad un problema di teología sacramentaría, en Sal 38 (1976) 3-41; A. Pedrini, // dato pneumatológico e la dimensio- Espíritu Santo ne epicletica del nuovo rito dell'unzione degli infermi, en EL 89 (1975) 345-368; E.J. Se comprende entonces por qué primariamente no interese a la liturgia tanto o sólo una comprensión intelectualista, conceptualista o erudita de la palabra de Dios. Amen" — 2S Ver san Basilio, Sullo Spirito santo (PG 32.153B; SC 17,197) — 26 Consultar las aportaciones en J. Juglar, Le sacrifice de louange, Cerf, París 19582, y en Bryan D. Spinks (por), The Sacrifice of Praise. Se pasaba al grado de "competentes" después de haber recibido la unción el domingo de Ramos por la mañana, y con el rito de la entrega del símbolo de la fe o credo. Kertzer, Politics and ritual: the Communist festa in Italy, en Anthropological Quarterly 47 [1974] 374-389) — 3 Uso el concepto de figuras en el sentido de F. Relia, Miti e figure del moderno, Pratiche, Parma 1981 — ' "La identificación del teatro popular con la fiesta popular —que no sólo los estudios, sino también la práctica del teatro posartaudiano estaban prestos a asumir— favorecía y en algún modo comportaba esta centralidad del hecho teatral, pues la fiesta, ya en los acentos proféticos de Durkheim, y luego con mayor precisión cada vez en Caillois, Bataille y Mircea Eliade y, por fin, en el estudio de Agnés Villadary, que afrontaba también su problemática en el mundo contemporáneo, era sentida como momento privilegiado y emergente de un tipo de convivencia que las perspectivas ideológicas posteriores a) s. XVIII tendían a revalorizar y quizá a sobrevalorar, como la reafirmación solidaria de valores y creencias considerados alternativas todavía reales a los de la sociedad capitalista": C. Molinari, Pupi e Fresedde: festa, rilo, commedia dell'arte, en Quaderni di teatro 2/6 (1979) 84. Además de los documentos promulgados personalmente por los papas, tienen una cierta relevancia en el campo litúrgico los documentos emanados por ellos a través de los dicasterios de la curia romana. El mundo juvenil, además, ha reivindicado una fisonomía y función propias, una corresponsabilidad y participación en los proyectos y en las realizaciones de la sociedad adulta. Había nacido ya una nueva música y un nuevo modo de sentirla, como habían cambiado las sociedades y las costumbres. Se afirma en él que, en el campo de la liturgia, la iglesia no pretende imponer ninguna uniformidad rígida sobre lo que no afecta a la fe o al bien de toda la comunidad. Voz: Nuevas plegarias eucarísticas. El primer rasgo es un esfuerzo deliberado por mantenerse en el ámbito de la tradición litúrgica hebraica, si bien con una orient ición radicalmente nueva. Y la tercera parte contiene indicaciones sobre dos grandes ejercicios de piedad: el ángelus y el santo rosario. La preparación para los ritos no representaba una fase en sí misma, ni se reducía a la transmisión verbal de unas enseñanzas más o menos teóricas: era una pastoral completa, una integral iniciación en la vida cristiana dentro de la iglesia, que culminaba en los tres sacramentos de la vigilia pascual. Lit." 1. CENTRALIDAD DEL TEMA. II, que subraya: "En el cumplimiento de su función educadora, la iglesia se preocupa de todos los medios aptos" (GE 4), no ha tratado explícitamente de la catequesis; sin embargo, no han dejado de traducirse en urgencias de renovación catequética las más significativas orientaciones de toda la obra conciliar. Para la fiesta de la cosecha, Pentecostés, cf M. Delcor, Pentecóte, en DBS VII (1966) 858-879; J. Potin, Le féte juive de la Pentecóte. Junto a esto cabe recordar el documento oficial que mejor expone el catecumenado para la iglesia actual: Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos (Madrid 1976). Si la pastoral se deja guiar e iluminar por estas profundas y estimulantes perspectivas teológicas, encontrará en la liturgia del tiempo de adviento un medio y una oportunidad para crear cristianos y comunidades que sepan ser alma del mundo. Este pensamiento reaparece tam- Confirmación bien en algunos formularios del rito (OC nn. La lámpara que arde y se consume ante la reserva eucarística es signo de adoración y oración. José de Acosta dirá: "Vean los infieles, vean los catecúmenos, vean los neófitos en él un padre y protector; interceda muchas veces por ellos ante el capitán y la justicia, defiéndalos de las injurias de los soldados, provea a su pobreza aun con la propia mendicidad"66. Adaptación desde el edicto de Milán hasta el s. vil; 4. En todo caso, al obispo se reserva, según una tradición común a todas las iglesias de Oriente y Occidente, la consagración del crisma (óleo perfumado para la unción), que tiene lugar en la misa del jueves santo. Granada 1965; Filthaut Th., La formación litúrgica, Herder, Barcelona 19652; Floristán C , La liturgia, lugar de educación en la fe, en "Concilium" 194 (1984) 87-99; Lubienska de Lenval H., La educación del sentido litúrgico, Studium, Madrid 1967; I.lopis J., Pedagogía del juego e iniciación litúrgica, en "Phase" 75 (1973) 235245; Maldonado L., Iniciación litúrgica: teología, espiritualidad, pedagogía, Marova, Madrid 1981; Id, ¿Qué es tener sentido litúrgico? Su flexibilidad se debe a la presencia de muchas normas directivas, orientativas o puramente facultativas. Las pistas de aproximación que se han ensayado no dejan de ser variadas: por ejemplo, la teoría evolucionista desde el canto hebraico hasta el Canto y música cristiano, y las investigaciones de la musicología comparada aplicada a las más antiguas (o supuestamente tales) melodías cristianas. ; o, vistas las cosas desde la otra parte: ¿cómo entendieron las primeras comunidades cristianas el gesto de la cena? 35 P. Tamburrino BIBLIOGRAFÍA: 1. Es decir, una traducción dinámica va más allá del simple empleo de expresiones idiomáticas para adoptar el punto de vista fundamental desde el que un pueblo contempla a Dios, el universo o a sí mismo. Al utilizar el término liturgia queremos referirnos a la / celebración litúrgica, ya de un acontecimiento de salvación (= sacramento), ya de cualquier otro signo sagrado con el que, de alguna manera y como en los sacramentos, se significan algunos efectos espirituales obtenidos por impetración de la iglesia58. IV-VI. Floristán-J.J. Tamayo, Conceptos Fundamentales de Pastoral, Madrid 1983, 99-120 — 2 Ritual dos. La relación, bajo el aspecto ritual, con el bautismo se ha hecho visible con la recomendación de que sea "el padrino del bautismo... también el padrino de la confirmación" (RC n. 5), con la explícita evocación del bautismo en la alocución del obispo (OC n. 22; RC n. 26), con la renovación de las promesas bautismales (OC n. 23; RC nn. La confirmado, al menos en su genuina acepción, se refiere explícitamente a la fe, y el RC con la renovación de las promesas bautismales revaloriza tal elemento para quienes no tuvieron la posibilidad de profesarla en el acto del bautismo. No se pueden desatender las problemáticas que suscita tal repertorio cuando se quiere indebidamente absolutizarlo o reponerlo en el ámbito cultual: ¿quién lo ejecutaba?, ¿cómo?, ¿para quién?, ¿representa un fenómeno de comunión eclesial o de marginación?, ¿es plenamente positivo el hecho de haberse extendido a costa del silencio de otras voces, marginadas hasta cierto punto o acalladas irreparablemente (piénsese en los patrimonios locales que no sobrevivieron, a excepción del canto ambrosiano; y sobre todo en el canto visigótico, ligado a una gloriosa tradición litúrgica, truncada por Gregorio VII)? Lo mismo Ildefonso, De cogn. Pablo habla de la unción de los cristianos en 2 Cor 1,21-22; en la catequesis patrística se la relaciona siempre con la de Cristo, y es signo del Espíritu que mora en el corazón del creyente, lo ilumina y lo identifica con el mismo Cristo. El perfume le añade un elemento gozoso, de agrado y de belleza. II. Cristiandad, Madrid 19752; Mattai G., Juego, en DTI 3, Sigúeme, Salamanca 1982, 199-211; Moltmann J., La fiesta liberadora, en "Concilium" 92 (1974) 237-248; Sobre la libertad, la alegría y el juego, Sigúeme, Salamanca 1972; Pieper J., Una teoría de la fiesta, Madrid 1974; Ruiz J., Eucaristía, fiesta de la vida, Madrid 1974; Schutz R., Que tu fiesta no tenga fin, Herder, Barcelona 1973; VV.AA., El sentido de la fiesta, en "Phase" 63 (1971) 233-282; VV.AA., Los tiempos de la celebración, en "Concilium" 162(1981) 165-298. Como afirma el P. Brou, "la conversión se obraba en tres tiempos, por decirlo así: adhesión de espíritu a los dogmas fundamentales explicados sumariamente, bautismo y catecismo"". • Esto nos lleva a recordar cómo la acción litúrgica, que nace y florece de la palabra de Dios proclamada, es al mismo tiempo el humus en el que esa misma palabra de Dios proclamada hunde sus raíces y de donde toma sus mociones. La venida del Espírimisión en el mundo (que el candi- tu se equipara a una unción profétidato está por su parte llamado a ca (cf Le 4,18), en cuanto que realizar). Cf D. Borobio, Sobre el ministerio del catequista de confirmación y sus funciones dentro del proceso de iniciación cristiana: "Seminarios" 71 (1979) 11-44— "Agustín, Sermo 47,17; Ambrosio, In Psalm. c) Se puede entonces recordar que la espiritualidad litúrgica está caracterizada por la objetividad a causa del Espíritu Santo. La confirmación en el debate actual - II. Y la celebración litúrgica da la propia voz a la palabra de Dios, a fin de que se realice su actuación. ; el dinamismo de transformación existencial, mediante el cual la celebración transforma a la asamblea en cuerpo místico del Señor cada vez más radical y profundamente tal; el dinamismo de transformación actualizante v vitalizante, mediante el cual la celebración (si es lícito hablar así) transforma la palabra de Dios en acontecimiento históricosalvífico actuado. 908 Formación lit. La costumbre litúrgica se divide, como las demás costumbres, en según derecho, más allá del derecho y contra el derecho. Y el conjunto fue favorecido enormemente por el progresivo apagarse de la / participación activa en las acciones litúrgicas, determinado por la ininteligibilidad del latín en una época en que surgen ya las lenguas vulgares y por la creciente distancia entre celebrante y fieles. El problema de ritual, a la vez memoria y presen- fondo es, por tanto, eclesiológico, cia y profecía. El silencio en la liturgia es llamada a unos instantes de recogimiento meditativo a lo largo de la jornada del cristiano, cuyo fin es éste: "La vital actuación de la palabra de Dios, bajo la acción del Espíritu Santo, entra particularmente por un don especial del Espíritu Santo en la intimidad de cada creyente". del hombre, que es un ser simbólico. La lectura funcionalista está en la base de numerosos estudios sobre la fiesta. Cf supra nota 62 — ,26 Cf supra nota 61 — l2 ' C. Vagaggini, o.c. ad illum. El primer relator o ponente de los trabajos fue mons. Sigúeme, Salamanca 1974; Von Allmen J.-J., Ministerio sagrado. La relación, todavía difícil, entre liturgia y catequesis podría desdramatizarse y consolidarse mediante la común asunción de la evangelización como problema primario y siempre abier- Catequesis y liturgia to, reconociéndose como liturgia y como catequesis de una iglesia en estado de misión, de una iglesia peregrinante hacia una consumada realización escatológica, que le ha sido prometida, pero que no se le ha concedido todavía de una manera plena. I. Introducción Siguiendo la dinámica del movimiento bíblico, auténtico don del Espíritu Santo, el magisterio de la iglesia ha urgido a la comunidad cristiana su retorno al texto sagrado, con todo lo que en él se contiene de mensaje, de alimento, de vitalidad para la iglesia misma: bastaría releer las tres encíclicas Providentissimus Deus (18 noviembre 1893), de León XIII 1 ; Spiritus Paraclitus (15 septiembre 1920), de Benedicto XV 2 ; Divino afflante Spiritu (15 septiembre 1943), de Pío 3 XII , así como las constituciones Sacrosanctum concilium y Dei Verbum, del Vat. La iglesia católica, fundándose en Sant 5,14 y otros pasajes bíblicos, considera que la unción de los enfermos está suficientemente justificada como don saludable especial del Señor a la iglesia, y por tanto como sacramento 4 \ La virtud salvífica particular de este sacramento está en el hecho de que el enfermo, en cierto modo, es consagrado a Cristo; la enfermedad es como absorbida en la victoria del Señor Jesús sobre el dolor y sobre la muerte; el enfermo recibe la fuerza necesaria para asumir la enfermedad y, en su caso, la muerte, como elementos de su camino hacia la resurrección con Cristo y la plena realización de su fe. Este modelo de adaptación es una inculturación. Constitución del Vat. Aunque tal promesa sea garantizada sólo a través de la palabra, ello no quiere decir que en las oraciones y en los gestos litúrgicos de las iglesias protestantes esté excluida una participación del sacramento global y radical de la iglesia misma ". LISTA DE ABREVIATURAS Documentos del concilio Vaticano II AA AG CD DH DV GE GS IM LG NA OE OT PC PO SC UR Apostolicam actuositatem Ad gentes Christus Dominus Dignitatis humanae Dei Verbum Gravissimum educationis Gaudium et spes ínter mirifica Lumen gentium Nostra aetate Orientalium ecclesiarum Optatam totius Perfectae caritatis Presbyterorum ordinis Sacrosanctum concilium Unitatis redintegratio Libros litúrgicos: editio typica latina CR DMP IGLH IGMR ILA LH MR OBAA OBO OBP OC OCIMV OCM OCV ODEA ODPE OE OICA Calendarium Romanum (1969) Sacra Congregatio pro Cultu Divino, Directorium de Missis cum pueris (1973) Officium Divinum, Institutio Generalis Liturgiae Horarum (en LH, vol.
Principales Ideas De La Ilustración Y Sus Representantes, Art 113 Código Procesal Penal, Cena Navideña En Noruega, Consentimiento Informado Psicología Word, Resumen Ley General De Sociedades, Monografía De Importación En Bolivia, 9 De Octubre Vs Independiente Del Valle En Vivo, Importancia De La Nueva Gestión Pública, Evangelii Gaudium Frases, Parque De La Exposición Ubicación, Auditoría Recepción Hotel,