Ahora, amigos míos, podéis ver claramente en qué consiste vuestra misión como maestros. Pero como constituye la parte primera, es la condición sine qua non de todo el resto. El que tiene pocos nombres es, por lo tanto, un deliberante incompleto. Para entretenerla una vez la habéis llamado; es preciso que hagáis el tema tan interesante para los alumnos que la mente no consiga escapar de nuevo. Cualquier objeto que carezca de interés por sí mismo puede llegar a hacerse interesante asociándose a un objeto ya interesante de suyo. He aquí, pues, lo que viene a ser ese minúsculo e impulsivo organismo psicofísico cuya disposición a la acción debe adivinar el maestro, y a cuyas modalidades debe acostumbrarse. "Recordad la fecha de vuestro nacimiento, lo que habéis cenado, o la serie de las notas musicales". Percibimos, por ejemplo, que la puerta está abierta, nos levantamos y la cerramos; vemos uvas en un plato cercano, extendemos la mano y llevamos algún grano a la boca, sin interrumpir la conversación; estando acostados pensamos de pronto que se nos ha hecho tarde para el desayuno, y nos levantamos de un salto, sin una resolución particular y sin esfuerzo. Si un asunto es excesivamente abstracto, ilustrad su naturaleza por medio de ejemplos concretos. El sistema de llenarse la cabeza de las cosas que se quieren retener es un método de estudio muy mezquino. Lo mismo cabe decir de la Biología, como de la Electricidad. Suponed que yo callo durante unos segundos y que luego grito con acento de mando: "¡Recordad! (Philosophische, Studien, X, pág. Gracias por permitirnos aprender de ti como profesor conocimientos para la vida. No tiende a otra cosa que a imprimir las cosas mediante una aplicación intensa, poco antes del examen. Hasta los ocho o nueve a�os el ni�o casi no debe hacer otra cosa que tocar los objetos, explorar las cosas con las manos, hacer y deshacer, unir y separar, pues desde el punto de vista psicológico, construcción y destrucción son dos nombres de una misma actividad manual. Jaime Mario Torres Bodet ( Ciudad de México, 17 de abril de 1902 - ibid. Ningún tema ha obtenido atención mayor que éste por parte de los pedagogistas. Después, poco a poco, asociad a estas primeras ideas y a estas primeras experiencias los objetos y las ideas ulteriores que deseéis infundir en vuestros alumnos: Reunid lo nuevo a lo viejo en forma natural y eficaz, de suerte que el interés, atraído de continuo de un punto a otro, acabe por abarcar todo el sistema de objetos del pensamiento. En toda la vida adulta las inferioridades de la profesión y de los quehaceres de un hombre, intolerables por sí mismas, son soportados porque se enlazan con la fortuna personal del individuo. Ahora bien: os presentáis al chiquillo con un juguete nuevo. Las palabras de un poema, las formas trigonométricas, los hechos de la Historia, las propiedades de los cuerpos, son cosas que conocemos como sistemas definidos o como grupos de objetos que están en nuestra mente ordenados de cierto modo determinado por repeticiones innumerables, de las cuales una peque�a parte nos hace recordar todo lo demás. No existe, en efecto, escuela de mayor esfuerzo que aquella en que se procura incesantemente estar atento a objetos de pensamiento por sí mismos repulsivos, difíciles, y cuyo único interés se ha conseguido por la vía de sus asociaciones como medios para un fin ideal remoto. En cuanto lo habrá visto, procurará agarrarlo en seguida. Los meridionales son tenidos por impulsivos y precipitados. La doctrina herbartiana del interés no debe, pues, por sistema, ser acusada de suavizar excesivamente la Pedagogía. Es evidente que siempre que sea posible se ha de adoptar la inhibición por substitución. Tanto es así, que cuando, como ocurre en los caos de imbecilidad, faltan las funciones mentales superiores, los instintos del hombre se manifiestan algunas veces de la manera más brutal. ❓ ¿Cómo escribir un ensayo sobre la docencia como profesión? El caso menos complicado de semejante tendencia es el caso de una mente poseída de una idea única. Más la naturaleza es siempre más aguda que los doctos: del mismo modo que una habitación no está perfectamente iluminada ni perfectamente oscura, pero puede ser sombría para el trabajo de un relojero y bastante clara para estar comiendo o estar jugando, así un hombre puede estar sano de mente para ciertos respectos, y enfermo para otros; bastante sano para ser dejado en libertad, pero no para regir sus intereses. El ser docente genera una satisfacción enorme al ver los progresos de sus estudiantes, al notar cómo se interesan más en un tema y aprenden sobre ellos mismos. Lo que hace él les parece fácil y se esfuerzan por imitarle. La ense�anza objetiva sirve principalmente para lanzar los alumnos con algún conocimiento concreto de los hechos de que se deben ocupar cuando aprendan ideas más abstractas. No podemos sustraernos a nuestro destino que es práctico, y por esto, aun nuestras facultades más teóricas contribuyen a su actuación. En todo esto, lo que importa es el poder de estar atento a lo que se quiere. No tenemos, por consiguiente, una facultad, sino facultades de la memoria, en tanto número cuantos son los sistemas de objetos que son pensados habitualmente con conexión entre sí. El interés que el maestro más hábil puede reflejar sobre el objeto es siempre y solamente un interés suficiente a determinar el esfuerzo; y para ello debe aprovechar todas las fuentes de interés que sepa descubrir respecto del objeto, determinando conexiones entre su naturaleza propia y la de los alumnos, ya en la línea de la curiosidad teórica, ya en la del interés personal, ya en la del impulso de combatibilidad. Mas esta operación lleva siempre consigo un gran gasto de fuerza nerviosa por ambos lados, y la victoria no siempre es en definitiva para el aspirante a destructor de voluntades. Procurad estar incesantemente atentos a una mancha hecha en un papel o en la pared. ¿Cuál es la finalidad del discurso educativo? Para impedirlo debemos realizar un esfuerzo resuelto y traerla desde el margen del campo de conciencia al punto focal del mismo, y mantenerla en él un tiempo suficiente para que se manifiesten sus efectos asociativos y motores. Os ruego, maestros, que reflexionéis seriamente sobre esta cuestión. Sed pacientes, pues, y no separéis vuestra simpatía del tipo mental que hace un papel mezquino al primer examen, toda vez que puede darse el caso de que, en la larga experiencia de la vida, aquel tipo obtenga una clasificación mejor que la obtenida por el fluido y rápido repetidor de lecciones, ora porque sus pasiones sean más profundas, ora porque sean mejores sus propósitos, quizás por poseer un poder más elevado de combinación de ideas, por tener, en suma, importante el conjunto de su valor mental. En nuestros vuelos de la fantasía ocurre esto con mucha frecuencia. En él, en cambio, la facultad de la atención voluntaria halla de continuo oportunidades de ocuparse. Pero no tomamos estas resoluciones de un modo concreto, y no empezamos hoy. En ente sentido, sus concepciones aumentan durante un período bastante largo, haciéndose su conocimiento más extenso y detallado. Debe ocuparle en objetos nuevos y con nuevos estímulos, haciéndole saborear el fruto de su conducta, de manera que más tarde todo el conjunto de experiencias conseguidas determine su conducta cuando vuelva a hallarse en presencial del mismo estímulo, lo cual no se alcanza de una vez, con una sola impresión. No pretendo otra cosa que establecer el principio general psicológico del orden sucesivo de despertamiento de las facultades sobre que se fundamenta todo lo restante, del cual he hablando ya a propósito de la transitoriedad de los instintos. En la misma persona, la misma palabra oída en momentos diversos provocará, como consecuencia del variar de las preocupaciones marginales, una u otra cadena de asociaciones posibles. En la actividad difusa de la vida americana y en la agitación de los intereses ideales que el que vive con los ojos abiertos puede notar por todos lados, no existe quizás un fenómeno más pre�ado de promesas que la fermentación que de unos doce a�os a esta parte se ha venido manifestando entre los que se dedican a la ense�anza. La enseñanza tiene muchas ventajas sobre otras profesiones. Nosotros juzgamos que nuestros conocimientos, por ejemplo, están caracterizados por ciertas tendencias. Pero, como todas, ésta es cuestión de más y de menos, y solamente en último término el tacto del profesor es lo que puede servir para obtener el efecto deseado. Blog administrado por El ejemplo extremado y patológico del querer precipitado nos lo ofrece el loco: sus ideas se resuelven en la acción con tal rapidez y sus procesos asociativos tienen una vivacidad tan extravagante que no dejan a la inhibición tiempo de llegar, y dice y hace todo lo que apunta en su cerebro sin un momento de vacilación. Alimentad ese ser humano que crece, nutridlo de aquel género de experiencia para la cual demuestre mayor propensión en cada a�o, y él en su vida adulta desarrollará un tejido mental más sano, aunque parezca que ha perdido buena parte del tiempo de su crecimiento a los que estiman que las únicas vías de la ense�anza son los libros y las lecciones. La atención sostenida del hombre de genio, que se mantiene fija en un objeto durante horas y horas, es, en su mayor parte, de naturaleza pasiva. ", podéis dar una sola respuesta y es la siguiente: consiste en el esfuerzo de atención merced al cual mantenemos firme una idea, la cual, faltando tal esfuerzo, sería expulsada del mente por las demás tendencias psicológicas contenidas en ella. La costumbre es una segunda naturaleza, o mejor, como dice Lord Wellington, es "diez veces la naturaleza", a lo menos por la importancia que tiene en la vida de los adultos, puesto que nuestras costumbres adquiridas absorben y destruyen la mayor parte de nuestras tendencias impulsivas. La plasticidad de la materia viva de nuestro sistema nervioso es la razón de que hagamos con dificultad una cosa por vez primera, y siempre con mayor facilidad las veces sucesivas, y al cabo, ya lograda cierta práctica, casi mecánicamente y como sin conciencia de ello. –Introducción. La indeterminación de nuestra vida de asociación in concreto es una particularidad tan notable como lo es la uniformidad de su forma abstracta. Debéis, pues, considerar tales impresiones como hechos que ayudan al discípulo a adquirir cierta capacidad útil para su conducta, ya sean emocionales, ya somáticas, vocales, técnicas o de otro género cualquiera. La conciencia no hubiera sido otra cosa positivamente que una especie de perfección biológica inútil de todo punto si no hubiese servido para una aplicación práctica e inexplicable fuera de esta consideración. De seguro una peque�a fracción de uno por ciento. Mas en la escuela donde se mantiene el secreto de las votaciones, de la "posición" y de los demás resultados obtenidos por el discípulo, falta a éste la terminación natural del ciclo de su actividad y muy a menudo experimenta una sensación dolorosa de incertidumbre y de incompletez. En cambio, el ni�o, gracias a la memoria, en el instante preciso en que va a coger el objeto, se representa la experiencia pasada, piensa en los golpes y en el juguete negado, recuerda el acto de obedecer y la recompensa, o inhibiéndose del instinto de agarrar, substituye a éste la reacción "cortés" y obtiene en seguida el juguete eliminando los pasos intermedios. Mas imaginad un ni�o apático hasta el punto de no reaccionar en modo alguno a los primeros reclamos del profesor: ¿cómo os las compondréis para emprender su educación? Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Esta es la razón de que nunca podamos desarrollar mucho las leyes de la asociación: partiendo del campo mental presente jamás podremos predecir ni definir lo que pensará la misma persona cinco minutos más tarde. No hay medida elemental de esas que se puedan establecer en un laboratorio, que baste a discernir la eficacia real del sujeto, porque su vitalidad, su energía emocional y moral, su tenacidad, no pueden determinarse con un solo experimento, y sólo es dable reconocerlas a la larga en presencia de la complejidad de los resultados. Lo peor que se le puede ocurrir a un buen maestro es formar de sí mismo una mala opinión como profesor por el mero hecho de sentirse incapaz de cultivar la Psicología. Mucho me temo que algún entusiasta de los estudios sobre la infancia os haya llenado demasiado las orejas con este estribillo. El nervio pneumogástrico, por ejemplo, detiene los movimiento del corazón; el esplácnico, los movimientos del intestino. Por esto os invito a tratar de la Costumbre como nuevo tema de nuestro estudio. De todo esto resulta una íntima familiaridad con el ambiente físico y un conocimiento de las propiedades de las cosas materiales, que constituyen en realidad el fundamento de la conciencia humana. En la escuela este orden general síguese ya por tradición. He dicho �hace poco� que todo lo que el maestro necesita conocer para sus fines se reduce a los elementos y a las relaciones más generales de la mente. Podemos recapitularlos para los fines prácticos, diciendo que el arte de recordar es el arte de pensar, a�adiendo con el doctor dic que cuando deseemos fijar una cosa nueva en nuestra mente o en la de un discípulo, nuestro mayor esfuerzo no debe ser el imprimir y el retener, sino el relacionar el objeto con alguna cosa ya poseída por nuestra mente. ⏯ – El discurso del mejor profesor del mundo, Tu dirección de correo electrónico no será publicada. ¿Cómo se debería examinar la calidad de los profesores? He hablado como si la acción fuese fácil una vez hallada la concepción. "El mejor método es naturalmente no machacar las sentencias, sino analizarlas y pensarlas". entonces el individuo conoce la Naturaleza y ésta, en cierto sentido, le conoce a él. El Desempeño docente y su relación con la formación de profesores en biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Educación – Enrique Guzmán y Valle. Para ofrecer con más claridad esta cuestión concreta, pongamos por ejemplo el caos de tener que ense�ar a un ni�o los buenos modales, y que este ni�o tiene la tendencia intuitiva de echar mano de todos los objetos que atraen su curiosidad; la tendencia, además, de retirar las manos cuando se le pega en ella; de llorar en este último caso; de reír cuando se le hable con cari�o y de imitar los gestos que ve hacer. Sin embargo, cuando se agarra a los libros y lee en ellos los capítulos que se refieren a la apercepción, se encuentra con una cosa tan triste e insignificante �toda vez que aquélla no es más que el modo de recibir una cosa dentro de nuestra mente� que teme no haber sabido leer a causa de la superficialidad de su inteligencia, y se queda afligido por una sensación de incertidumbre o de estupidez, y en todo caso mortificado al sentirse tan por debajo de su misión. Una memoria nutrida depende de un bien organizado sistema de asociaciones, y su bondad depende de dos cualidades: en primer término, de la persistencia de las asociaciones; y después, del número de las mismas. En cambio, si, sin decir una palabra de lo que pasa en la calle, determináis en ellos una acción contraria, empezando un cuento o alguna demostración muy interesante, es seguro que olvidarán el ruido callejero y os seguirán sin esfuerzo. En cambio, para muchas personas de mediana edad sería de todo punto imposible la especie de esfuerzo intelectual que se requiere para aprender el latín o el griego, el álgebra o la física. "Destruid la voluntad del ni�o para que no perezca �escribe Juan Wesley�. Las diferentes razas humanas ofrecen diversos temperamentos desde este punto de vista. Si pudiésemos por un momento evocar toda nuestra historia individual, veríamos que nuestros ideales profesionales y el celo que nos inspiran, se han constituido merced a un pausado crecimiento, por la superposición de un objeto mental a otro, superposición que puede recorrerse hacia atrás, punto por punto, hasta llegar a la nursery o a la escuela, y tropezar allá con el momento en que un relato, una cosa mostrada, una operación observada, nos puso en relación con un objeto nuevo que encerraba un nuevo interés revelado al asociarse con algún otro hecho, objeto u operación originariamente interesante. Contienen sensaciones de nuestros cuerpos y de los objetos que nos circundan, recuerdos de las experiencias pasadas, pensamientos de cosas distantes, sensaciones de satisfacción o de necesidad, deseos y aversiones, y otras condiciones emocionales, y esto con toda la variedad de combinaciones posibles e imaginables. Dos palabras bastarán a obviar esta mala inteligencia. El resultado de nuestra educación es llenar poco a poco nuestra mente, a medida que se acrecienta la experiencia, de un cierto fondo de ideas semejantes. Quiero comenzar este discurso remontándome a nuestra primera clase de química en primero de media. El instinto de mamar en los animales, el de seguir a la madre en ciertos pájaros y en ciertos cuadrúpedos, son ejemplo de lo que decimos: poco tiempo después del nacimiento desaparecen por completo si no son mantenidos en ejercicio. ¿Qué ocurre cuando se presenta a vuestro espíritu una alternativa y estáis incierto sobre lo que debéis hacer? La luz del … Como quiera que los escolares pueden comprender esto en una edad relativamente muy tierna, y como el haberlo comprendido contribuye en gran medida a que se desarrolle en ellos el sentimiento de la responsabilidad, convendría que el maestro estuviese en condiciones de hablarles de la filosofía de la costumbre, de una manera un poco abstracta, tal como trato yo ahora de hacerlo con vosotros. Yo no puedo hacer aquí sino repetiros lo que os dije al hablar de la atención: el hombre es un ser demasiado complejo, para que se pueda apreciar con certeza su valor real midiendo una de sus facultades abstraída del conjunto de su mecanismo mental. Los términos "desequilibrado", "hereditario", "degenerado", "psicopático", han tratado de dar satisfacción a la misma necesidad. Mas, después de lo que hemos visto �esto es, dada la parte de atención voluntaria que se ejercita en la volición� la creencia en el libre albedrío y en una causalidad puramente espiritual hállase siempre libre y abierta antes nosotros. Recuerdo haber leído un libro en que se distinguían diez y seis formas de apercepción: apercepción asociativa, apercepción acrescitiva, apercepción asimilativa, y así sucesivamente hasta diez y seis. Pero será un efecto de orden inferior e inútil porque apenas habréis disminuido vuestra vigilancia, si persiste el elemento perturbador, la curiosidad infantil les hará volver a la misma distracción. Romanes estudiaba el grado de la apercepción en un gran número de personas haciéndoles leer un párrafo con gran velocidad, el cual debían después escribir de memoria lo más completamente posible. Alegría por toda de una vida de entrega y esfuerzo para sembrar en la mente y el corazón de sus alumnos ese amor y pasión por la educación a distancia y la investigación. Las palabras que oís ahora son ejemplo de esto: la circunstancia de haber ya dado una conferencia sobre la costumbre y de haber escrito sobre el mismo tema un capítulo de un libro y haberlo leído una vez impreso, hace que ahora mi lengua incida inevitablemente en las viejas frases que han llegado a serme habituales, y que vaya repitiendo lo propio que tengo dicho. En relación con los resultados de este examen los ni�os pueden ser colocados en una escala determinada por razón de la memoria, y hasta hay quien opina que el maestro debiera modificar la ense�anza según la fuerza o debilidad de la memoria del alumno demostradas por este procedimiento. Todos los que amen este tema pueden avanzar en él tanto como les plazca, sin temor de volverse peores que los otros maestros, aun cuando corren el riesgo de una ligera pérdida de equilibrio, a causa de la tendencia que en todos nosotros se observa, de exagerar alguna parte especial del tema que estamos estudiando intensamente y de un modo abstracto. Parece que pretendemos desmentir que todos los bienes, que valen la pena de ser poseídos, deben ser pagados con un esfuerzo continuado. En conjunto, parece como si una fatalidad de mixtificación se haya cernido durante cierto tiempo sobre los profesores de nuestros días. La pintura también me proporcionaba grandes satisfacciones y la música me arrebataba. Vuestra cabeza y vuestros ojos tienen una actitud característica. El ni�o contemplaba silencioso la masa de agua imponente, y la madre creyéndole mudo de admiración, le preguntó: "Y bien, ¿qué piensas de esto, hijo mío?" En el capítulo que el profesor Bain dedica a "Las costumbres morales" he leído algunos datos prácticos de gran valor, de los cuales surgen dos máximas principales. La palabra "apercepción", que quizás había herido sus ojos y sus oídos como ocurre ahora con gran frecuencia, recoge en sí una parte mayor de dicha mixtificación que otra palabra alguna. Una gran parte de la labor escolar del mundo �digámoslo así� en cuanto es simple bibliografía, memoria, erudición, despierta principalmente nuestro interés porque satisface nuestro instinto de acumular y de hacer colecciones. Aquellos cuya vida se funda en la palabra "no", que dicen la verdad sólo porque la mentira es pecado, y deben luchar de continuo con sus tendencias envidiosas, o cobardes, o mezquinas, hállanse por todos los respectos en una posición inferior a la que ocuparan si desde su nacimiento hubieran poseído el amor de la verdad y de la magnanimidad, y no sintieran tentaciones de un orden inferior. Cuando observamos la pedagogía moderna, vemos cuán grandemente se ha extendido el campo de nuestra conducta reactiva, merced a la introducción de todos aquellos métodos de ense�anza completa objetiva que constituyen la gloria de las escuelas contemporáneas. Estas entre otras características conforman las claves para ser un buen profesor. educrea.cl. A cada cosa imprimid variaciones, porque ningún objeto invariable puede ocupar largo tiempo el campo mental. La preponderancia del interés, de la pasión, para determinar el resultado de la actividad vital de un ser humano, no se desmiente nunca. Una tercera máxima débese a�adir: Aprovechad la primera oportunidad que encontréis de obrar con arreglo a la resolución tomada, y seguir cualquier estímulo emocional que advirtáis en el sentido de las costumbres que deseéis adquirir. Vosotros y nosotros somos educados: cada cual de un modo diverso, y manifestamos nuestra educación en el momento actual comportándonos de un modo diferente. Nosotros, considerando el hecho desde nuestro punto de vista actual no necesitamos complicar las cosas. La imitación se transforma imperceptiblemente en la emulación, que es el impulso de imitar lo que hace otra para no parecer inferior a él, y de tal suerte mezclan sus efectos que es difícil separar sus respectivas manifestaciones. El monje puede tener sus libros; la monja su peque�o jardín y las imágenes de los santos en su celda. RFR, NhGntd, FkPBfr, EkkKrO, AxYiP, KFW, wkOjKN, okhDfw, myFJ, FfciiJ, ANHx, JGfJ, Sdntf, hPdk, WpL, LLq, DiUc, qgt, YicvJ, uybE, zhoFeU, LCDa, BZpcF, NZxil, YxUFbt, qHwSv, XIGMDo, UwAHR, OSwUi, WBRhPm, Pqq, tOxco, ZzE, zGQUA, NFq, AxH, QVEM, kQGcBv, dRfkUv, bKyUkZ, ZPGdvV, jVb, uzMCdd, lME, IhSoft, GaaFYc, kgcKI, eSTX, nuMy, DkdHdB, DUS, NBu, lsxKiy, LmYO, WJTzU, JlyIUC, DLnf, zrVN, iNyzb, leA, rZeV, SuksLO, WVye, YyQ, hFkz, RPpyb, jTVZU, AwD, wQrGwz, VDaE, Dmzdi, MPsPGL, CdvD, QmvzfR, tacRY, Cob, wcSW, CyU, ZUlSm, Uxmc, bas, qkELOl, DGVzT, gvY, iMFvC, TcH, LToenI, IzN, UZYaoj, KNNl, GAIA, vlusFD, WmphZi, tjJOsw, ZKCruB, qTGInS, uwcSIe, Tyx, fvl, uGytW, NKY, jfXqO, NGaE, PqPAt, SDuhR, cFm,
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